Poemario Inédito
Por
falta de abogados.
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| Imagen de Stefan keller-pixabay |
Me afilo los dedos hasta volverlos garra
hurgando en las sombras y lo descartado:
Busco un claroscuro que me permita encontrar
algo por fuera de los códigos de barra.
Pero aún no he extirpado las velas de mis ojos
lo sé: puedo palparlo.
Incluso renunciando a la bendición de los diarios
al recetario de los yogures de moda
y a la sensualidad de probeta
me queda, en la mirada, ese regusto a supermercado
cuajándome una expectativa que me empuja
a correr tras los cartelones
-con o sin monigotes de oferta-
a zambullirme
en persecuciones repentinas
tras algún recuerdo
que no alcanza a disfrazarse de memoria
o tras la fórmula feliz
que no alcanza a devolverme el tiempo perdido
como si realmente la memoria me interesara
como si el tiempo se pudiera perder
“¿La memoria de quién?”
“¿El tiempo para qué?”
Reclamaba mi sentido común
antes de perder el juicio
por falta de abogados.
